Reglas sencillas de convivencia nos permiten vivir en una sociedad relativamente bien ordenada que hace más sencillo el día a día en cualquier comunidad. Dentro de esos presupuestos la buena educación también se traslada a espacios comunes, en los que debemos transitar algunos minutos varias veces por día como es el ascensor.
Guía del buen uso del ascensor
Un espacio de dimensiones medianas o pequeñas exige que los usuarios nos comportemos de determinada manera, ya que aunque solo sea por algunos minutos debemos convivir con un grupo de personas en un reducido habitáculo y esto también requiere de un determinado comportamiento.
En la actualidad, la mayoría de los ascensores son aparatos modernos y bastante seguros, diferentes a los pequeños habitáculos que en el pasado tampoco brindaban mucha seguridad y por lo tanto dieron lugar a determinados comportamientos a la hora de utilizarlos.
Ciertos comportamientos han dejado de estar presentes hoy debido precisamente a que la seguridad de los ascensores es mayor, como por ejemplo que el hombre ingresara primero para comprobar que el lugar era seguro y que no se caería, alago que puede resultar gracioso hoy, pero que era una costumbre muy común en el siglo pasado.
Reglas de comportamiento
Seguramente pensarás que el buen uso del ascensor es muy simple, después de todo solo es necesario apretar un botón. Sin embargo, existen algunas reglas de comportamiento a tener en cuenta si utilizas estos aparatos y que se relacionan con principios de buena educación y convivencia básicos que pueden resultar interesantes. Veamos algunos de ellos:
- Siempre que el ascensor llega al piso donde te encuentras, si está en su máxima capacidad, hazte a un lado para que las personas puedan bajar de la cabina con rapidez y comodidad.
- Recuerda que si hay más personas esperando el ascensor deberás tener en cuenta la capacidad del mismo y si por ejemplo eres el octavo para ingresar en una cabina para siete personas quedarás fuera por cuestiones de seguridad.
- Sin importar la prisa que lleves no debes apretar los botones para llamar a todos los ascensores disponibles del edificio, de lo contrario puedes hacer que todos bajen o suban a la vez causando problemas a otras personas.
- Una vez dentro del ascensor procura crear suficiente espacio para que el resto de los ocupantes puedan salir de la cabina sin apretujarse y por ejemplo si llevas contigo una mochila retírala de la espalda y tenla en la mano para no incomodar al resto de los pasajeros.
- No subas al ascensor comiendo o hablando por teléfono, una regla básica de educación para no molestar al resto de los usuarios.
- Por cuestiones de seguridad no ingreses en un ascensor que está completo, recuerda que el buen funcionamiento también depende del peso que el aparato puede soportar.
- El ascensor es un elemento común y por ello debes siempre ser considerado con el resto de las personas que lo utilizan, además de saludar al entrar y salir de la cabina, una muestra de buena educación que siempre es bien recibida.
- Cuando ingresas al ascensor procura colocarte lo más alejado posible de la puerta y así dejar espacio al resto de las personas que pretenden utilizarlo.
- Procura no retener el ascensor en una planta sin necesidad, ya sea para hablar con otra persona o esperar que te alcancen algo, deberías en cambio liberarlo y llamarlo nuevamente cuando sea preciso para no incomodar al resto de los usuarios.
- En la medida de lo posible la zona donde se encuentran los botones del ascensor debe siempre quedar libre, pero si esto no es posible y has quedado en ese lugar pregunta a que piso va la persona que sube y pulsa el botón correspondiente.
- Si subes a un ascensor con gran capacidad no te detengas para oprimir el botón apenas hayas traspasado la puerta, ya que con este comportamiento solo impedirás el paso fluido del resto de los pasajeros.
Estos simples consejos para un buen uso del ascensor pueden ayudarte no solo a utilizar el ascensor con mayor seguridad sino también a sobrellevar mejor una tarea que realizas varias veces al día y que como has podido probar también tiene sus reglas de buena convivencia.
