¿Alguna vez os habéis preguntado cómo es el día a día de un técnico de ascensor? ¿Cuál será la situación más surrealista que se haya vivido en un ascensor? Para contestarnos a éstas y otras muchas preguntas curiosas hemos hablado con Manel Torrents, encargado del servicio de conservación de Eninter Ascensores. ¡No te pierdas esta interesante entrevista porque no tiene desperdicio!
Las averías y su resolución es el trabajo diario del equipo técnico, pero… ¿Cuántas averías soluciona el departamento técnico al día?
En el área metropolitana de Barcelona atendemos entre 125 y 150 avisos de media diaria (actualmente estamos en 100/120).
¿Cuántas averías puede llegar a solucionar un técnico al día?
Un técnico puede realizar una media de 8 o 10 averías. Depende mucho del tipo de avería, pero, en caso de tormentas, por ejemplo, tenemos averías más cercanas geográficamente, así que podemos llegar a solucionar muchas más. En el caso de que las averías sean más complicadas, el número se reduce.
¿Qué tipo de averías son las más habituales?
La mayoría de las averías que atendemos suelen ser de puertas, ya que éstas funcionan con mecanismos muy complejos y varios contactos de seguridad.
Supongo que en más de una ocasión os habréis encontrado con una persona o varias atrapada en un ascensor, en estos casos, ¿cómo se realiza un rescate en un ascensor?
Al hacer un rescate, lo primero que hacemos es calmar a las personas que estén encerradas en el ascensor e informarles de que estamos trabajando para sacarlos con la máxima urgencia y sobretodo, con la máxima seguridad. Les informamos que dentro del ascensor no les va a pasar nada, que no se acerquen a las puertas de cabina, que no intenten salir por su propio pie y que esperen a que abramos nosotros la puerta. Cuando las personas ya se han tranquilizado, vamos al cuarto de máquinas, desconectamos la corriente y seguimos el protocolo de rescate establecido, según el tipo de ascensor. Lo más importante en estos casos es calmar a los usuarios atrapados.
En toda tu trayectoria profesional habrás realizado muchos rescates, ¿cuál ha sido el más difícil que has llevado a cabo?
El rescate más difícil que he realizado fue en un ascensor de la calle Balmes de Barcelona. Los usuarios sobrepasaron mucho la carga máxima permitida y al bajar, se activaron los entraron frenos de seguridad. Se quedaron encerrados en lo que llamamos un piso ciego, es decir sin puerta, y cuando llegamos, al intentar mover el ascensor hacia arriba para desclavarlo, los cables empezaron a patinar de la polea y no conseguíamos moverlo. Los bomberos también intentaron moverlo pero tampoco pudieron y al final, un par de mecánicos de Eninter Ascensores tuvieron que desmontar las cuñas para sacar a las personas atrapadas. El rescate duró horas.
¿Qué tipos de reacción son las más habituales en las personas cuando se ven atrapadas en un ascensor?
La gente generalmente está asustada o enfadada. Hemos visto todo tipo de reacciones, desde personas que nos llaman desde su teléfono móvil con toda la tranquilidad del mundo, sin picar a la alarma y hasta personas que hay que esperar a que se clamen para proceder a sacarlas.
¿Puedes recordar alguna anécdota digna de mención cuando alguna persona se ha quedado atrapado en ascensor?
Siempre recordaré un recate el día que el Barça ganó la Champions de Paris. Después del partido, que vi con mis amigos, me dijeron de ir a Canaletas a celebrarlo, pero les dije que mejor que no, que estaba de guardia y me fui para casa. Antes de llegar, me llamaron para efectuar un rescate en Travesera de las Corts, enfrente del Camp Nou. De camino, la gente celebraba la victoria con vítores, canciones y pitidos de coche. En cuanto llegué, me encontré a un chico que me preguntó si era el del ascensor, al responderle que sí se puso muy contento y me llevó al ascensor explicándome que el peligro había pasado porque habían conseguido desmontar la mirilla y ahora les corría el aire en la cabina.
Cuando llegué a la puerta del ascensor, más que el aire, lo que corría era la fiesta que se habían montado en cabina. Se lo estaban pasando muy bien. Al abrir la puerta vi que había 7 u 8 personas en una cabina de 4. Normalmente, cuando se incumplen las normas de seguridad echo la bronca a los usuarios pero salieron de tan buen humor, dándome abrazos y besos, que me fue imposible.